La plastilina es un recurso bien conocido por todos, desde personas del mundo de la enseñanza hasta papás y mamás. Y es que este material ofrece una cantidad ingente de opciones de aprendizaje para el desarrollo de nuestros niños, ya que es muy versátil.
Hoy en día, podemos acceder a plastilinas de todo tipo atendiendo a texturas, dureza, colores, materiales, origen, etc. Por ello, todo el mundo podrá acceder a la más adecuada en función de sus gustos o necesidades.
Algunos pensaréis que la plastilina no merece tanta atención, que tan solo es un simple “juguete”. Nada más lejos de la realidad, la plastilina puede llegar a ser nuestro mejor aliado en el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros peques.
¿Cómo surgió la plastilina?
Antes de continuar, vamos a hacer un pequeño repaso de su historia.
La plastilina surgió con la idea de servir a escultores como sustituta de la arcilla, puesto que esta se secaba muy fácilmente y eso era un obstáculo para ellos, sobre todo en determinadas épocas del año.
El invento se le atribuye a un alemán, llamado Franz Kolb y data de 1880. Aunque hay otras versiones que afirman que pudo ser el inglés William Harbutt el primero que dio con la fórmula de esta creación que ha acabado siendo un éxito.
Fuera Kolb el primero, o por lo contrario, Harbutt, lo cierto es que ambos experimentaron para crear un nuevo material que fuera fácilmente manipulable y que aguantara distintas temperaturas sin perder eficacia. ¡Y lo consiguieron!
¿Qué plastilina es mejor?
En mi opinión, no existen plastilinas mejores o peores, tan solo diferentes. Dependiendo de las edades en que queramos utilizarla, deberemos optar por una u otra atendiendo a su nivel de dureza. Cuando son pequeños, es necesario atender a opciones más blandas, ya que serán más fáciles de manipular y, por tanto, más atractivas para los niños.
Y, por supuesto, evitar aquellas pastas que puedan contener compuestos tóxicos.
A continuación, muestro una tabla comparativa de las plastilinas más utilizadas:
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¿Cómo hacer plastilina casera?
Otra opción es preparar nuestra propia plastilina casera. No habrá problemas de toxicidad, ya que puede ser totalmente comestible y nuestros peques estarán a salvo.
En el vídeo que te muestro a continuación tienes todos los pasos a seguir para preparar una plastilina casera con una textura muy parecida a las comerciales y, lo mejor de todo, puedes preparar tantos colores como quieras de una forma barata, rápida y sencilla.
Si te ha gustado esta actividad y te gustaría llevar a cabo otros experimentos caseros, puedes acceder a ellos pinchando en el enlace.
Beneficios de jugar con plastilina
Aumenta la concentración
En edades tempranas, es normal que los niños se entretengan con facilidad. Por este motivo, necesitarán ir madurando para que los tiempos de atención sostenida vayan aumentando. Pero como toda capacidad, puede ser entrenada para obtener un mejor rendimiento. Es por ello que las actividades manipulativas, siempre que conlleven un componente lúdico, como es el caso de las actividades con plastilina o cualquier otro material moldeable, son muy beneficiosas para este fin.
Favorece el control de la motricidad fina
La motricidad nos permite movernos con precisión y de manera coordinada, es decir, nos permite tener mayor destreza manual, por eso es tan importante trabajarla desde edades tempranas. Para ello, podemos recurrir a actividades manipulativas como el moldeado con plastilina. Los juegos que podemos llevar a cabo son diversos: hacer churros, bolitas, crear formas libres o con ayuda de moldes adecuados… Con estos ejercicios estaremos favoreciendo el desarrollo motor, pero también el cognitivo obteniendo beneficios que se extrapolan a otros ámbitos, como el proceso de escritura, por ejemplo.
Fomenta el desarrollo de la creatividad
La creatividad es una capacidad que nos permite imaginar, inventar, crear, asociar… Por ello, es fundamental fomentarla en los niños, ya que constituirá una base para el resto de aprendizajes. La creatividad abre la mente y la hace funcionar mucho mejor, favoreciendo un rendimiento de la capacidad intelectual muy superior.
Cuando los niños moldean y dan forma a la plastilina están imaginando, inventando, creando… De esta manera trabajan la creatividad y lo mejor de todo es que lo hacen de un modo involuntario.
Es una herramienta de expresión
El proceso de moldeado y creación de formas y figuras es un proceso de expresión de emociones y sentimientos. Cuando estamos creando proyectamos lo que sentimos, haciendo visible lo que hay en nuestro interior. Con los niños ocurre lo mismo, quizás de un modo más puro, ya que ellos no se ven condicionados por el resultado sino que disfrutan de la transformación.
Favorece la formación de la identidad
Por otro lado, contribuye a identificar gustos y suma experiencias. Dos factores fundamentales en en el desarrollo de la personalidad.
El niño que tiene oportunidad de manipular y usar su mano en una forma lógica, con consecuencias y usando elementos reales, desarrolla una fuerte personalidad.
María Montessori
Sirve para trabajar otros contenidos
A través de este recurso podemos trabajar otro tipo de contenidos más específicos, como pueden ser los colores o las formas. Pero también nos será útil para niveles superiores, en los cuales se puede aplicar a la geometría, por ejemplo.
Puede ser una terapia de relajación
Modelar con plastilina puede ayudar a los niños a tranquilizarse. La textura, los colores y el proceso de moldeado pueden servir de terapia en niños muy movidos.
Propuesta de actividad con plastilina
Geometría con plastilina y palillos
La actividad que os propongo es muy sencilla y los niños disfrutarán mientras aprenden. ¿Podemos pedir más? Yo creo que no. Siempre que juego y aprendizaje vayan de la mano lograremos excelentes resultados.
¿Qué necesitamos para reproducir figuras geométricas?
Los materiales que he utilizado son los siguientes:
- Plastilina: yo he utilizado la marca JOVI, ya que facilita la construcción gracias a su consistencia.
- Palillos de madera: con una longitud aproximada de 15-20 cm.
¡Comenzamos con las construcciones!
En primer lugar, debemos crear bolitas de plastilina, que serán las encargadas de sostener los palillos. Acto seguido, uniremos los palillos utilizando esas bolas de plastilina a modo de pieza de encaje. Este será un momento fantástico para explicar a los niños el concepto de vértice y, también, el de lado. Y si queremos ahondar más, los ángulos nos ayudarán en ello.
Para empezar, crearemos formas geométricas básicas (2D) como el cuadrado, el triángulo o el rectángulo, por ejemplo.
Y, a continuación, daremos paso a la producción de figuras geométricas tridimensionales (3D) como un cubo, una pirámide o un prisma, entre otros. Este proceso será ideal para explicar lo que es una arista.
Otra opción, es crear construcciones en 3D dejando volar la imaginación. De este modo estaremos favoreciendo el desarrollo de la creatividad en los niños y potenciando su identidad.
¿Os animáis con esta actividad? Nosotros hemos aprendido y disfrutado a partes iguales. Así que, sin duda, repetiremos.
Si quieres conocer nuestro Proyecto, accede al siguiente enlace y encuentra toda la información: Nuestro Proyecto Educativo.
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